Los aceros para transformación forman parte de los aceros para construcción mecánica y se caracterizan por un contenido de carbono generalmente superior al 0,25%, pudiendo ser aleados o sin alear. El acero para transformación se utiliza en la fabricación de piezas que requieren una buena combinación de resistencia y tenacidad, con valores relativamente uniformes en toda la sección o hasta una cierta profundidad. Estas propiedades se obtienen mediante tratamientos térmicos como el temple y el revenido, que constituyen el proceso conocido como beneficio.